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Nacho y yo nos vamos a gestionar el alojamiento para esa noche, mientras el resto, con todos los bultos, espera en la plaza, muy próxima al Jirón Lima, calle peatonal y comercial de Puno. Siguiendo las indicaciones de la Lonely hay dos opciones que sopesamos. El hotel “Miski Wasi Inn”, y la posada “Don Giorgio” (Tarapacá 238, http://www.posadadongiorgio.com/). El primero, sensiblemente más económico, no nos convence. Las habitaciones tienen ventanas que dan a los pasillos del interior del hotel. En cambio la posada nos causa buena impresión. Nos muestran las habitaciones, que parecen cómodas y están dotadas de TV. Insistimos en que el agua caliente sea abundante. Las que nos ofrecen se ubican en la planta baja alrededor de un patio de luces que debe ser muy luminoso durante el día. Intentamos rebajar el precio con el empleado (que dice ser un mandado), pero después de mucho insistir no lo conseguimos, el precio por noche para cada habitación doble (incluyendo desayuno), con baño privado, y acceso gratuito a internet es de 135 S/. (32,15 €). Nos vamos a buscar al resto de compañeros de expedición y nos registramos en el hotel. Nos acomodamos y salimos a la calle principal del centro de Puno, en busca de agencias de viajes para contratar la excursión de dos días por el lago Titicaca. Entramo en un locutorio, “Choz@net” (Jirón Lima 339, 2º piso). A través de internet comprobamos que los vuelos para ir de Juliaca a Cuzco, son demasiado caros (más de 100 €), sus horarios no nos encajan, y además hay que desplazarse desde Puno a Juliaca para tomar el avión. Habrá que buscar la opción del autobús, a ser posible nocturno.
Alberto y yo, mientras el resto se quedan en el cyber al calorcito de las estufas, salimos a la calle. El frío es más que considerable, por la altitud a la que estamos (más de 3.800 metros) y la cercana presencia del lago. Hay que utilizar guantes, gorros de lana y abrigo (es agosto, pleno invierno peruano). Vemos una agencia de Cruz del Sur, compañía de renombre de autobuses. No hacen el recorrido Puno-Cuzco. Avanzamos hacia la plaza de Armas y entramos en una agencia de viajes, se trata de “Peruvian Confort” (Jr. Lima 378, http://www.peruvianconfort.com/). Nos atiende Luis, que amablemente nos presta los catálogos de la excursión a las islas del lago, con la promesa de devolvérselos al día siguiente. El precio del tour de dos días, 75 S/. que tras negociación rebaja a 65 S/. (15,50 €). La comida del segundo día no está incluida, cuesta 20 S/., pero nos la deja en 10 S/. (2,40 €) si la contratamos por anticipado. También dispone de billetes de autobús en la compañía San Luis para el trayecto Puno-Cuzco. Las salidas son a las 08.00 am y a las 21.00.pm; los asientos en la planta baja (tipo cama) cuestan 35 S/. (8,35 €). Con toda la información y el catálogo nos reunimos con los demás, y nos vamos a cenar. El sitio elegido el “Keros” (Lambayeque 131). Está cerca de nuestro alojamiento, lo habíamos visto al caminar por la calle, y la especialidad es la trucha del lago, así que entramos.
El lugar está casi vacío, es tarde, más de las 21.00, y sólo algunos turistas ocupan el local. Pedimos carnes y pescado; trucha del lago en salsa de almendras y vino, pejerrey con salsa de hongos (es un pescado parecido al lenguado, pero de río, originario de Argentina), rollitos picantes de carne de alpaca y pollo al coco crocanti. Por supuesto, todo acompañado de Cusqueñas.
Durante la cena consensuamos el planning a seguir. El día siguiente nos lo tomaremos de descanso, para ver Puno, hacer compras y una excursión a Sillustani a quién le apetezca. Contrataremos el tour por las islas con la agencia que hemos sondeado. Nos ha comentado Luis que tienen un acuerdo con los nativos isleños que nos alojarán durante una noche, para entregarles parte del precio del tour. Sacaremos los billetes para el bus a Cuzco, en horario de noche, para dormir en el propio bus y ganar tiempo. La cena, caliente, nos reconforta. Pagamos la cuenta de 170 S/. (40,50 €) y salimos a la calle. Oscar, con ligero dolor de cabeza se va a dormir al hotel. El resto, a buscar local para tomar algo. Siguiendo consejos de la Lonely entramos en el “Kamizaraky Rock Pub” (Pasaje Grau 158, http://kamizaraky.galeon.com/) muy céntrico. El local en su interior tiene dos plantas. Está decorado en piedra y madera, y dispone de un horno a la entrada que calienta todo el recinto. Dentro se está muy a gusto. Nos sentamos y pedimos, Pisco Sour para algunos, Pisco Loco (con un toque más dulzón) para otros. Este último tiene un marcado sabor a natillas y para nada se aprecia el sabor del Pisco (aguardiente de uvas) que supuestamente formaba parte de su composición como ingrediente.
Conocemos a dos personajes, Alberto (igual que Bob Marley, pero en versión peruana) y Pancho. Nos preguntan por nuestra procedencia y si nos estaba gustando el viaje. Al principio simpáticos, pero pronto empiezan a resultar molestos. Su estado ebrio, les convierte en cansinos, reivindicativos contra la opresión de los pobres en el Perú y demás zarandajas. Su compañía comienza a no gozar de nuestra aprobación, así que abandonamos el local. Alberto, Nacho y Cristina se van en busca de otro pub para prolongar la noche. Las habitaciones nos esperan a nuestra llegada, cálidas, gracias a un radiador eléctrico que conectó hace rato el encargado del hotel.
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