lunes, 22 de febrero de 2010

MUYUNA AMAZON LODGE (Día 4)-IQUITOS-LIMA - Parte I

Viernes, 04/09/2009
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A las 06.30 estamos listos en el embarcadero para remar. Eduardo lo hará con Isabel y Cristina. Óscar, Alberto y yo formaremos otro grupo. El sol aún no alcanza el río y solo calienta las copas más altas de los árboles de la orilla. Es una buena elección hacer esta actividad a primera hora; de lo contrario con el esfuerzo físico y el calor sería un suplicio.
Las canoas son de madera y con muy poca quilla lo que las hace bastante inestables. Para montar en ellas lo debemos hacer de uno en uno, y mientras nos acoplamos en nuestra posición, Eduardo ha de mantener quieta la canoa sujetándola para evitar bamboleos que nos arrojen al agua.
No es fácil controlarlas. Al menos a nosotros no nos lo parece. Primero remamos río abajo. La corriente no es fuerte pero algo ayuda a que la embarcación se deslice a favor de ella. Acostumbrados a hacer deporte pero sin destreza para manejar la canoa empieza nuestro odisea. Bandazos a un lado y al otro, avance sin rumbo, zigzagueo en la ruta. A poco que desde un lado se imprima más potencia al remo (de una sola pala) la canoa subvira rápidamente y por mucho que se quiera contrarrestar es difícil conseguirlo.
De esta manera recorremos un tramo de agua a favor de corriente. En la otra canoa las chicas navegan sin problemas, siguiendo una línea recta y estable; Eduardo al timón, es un remero experto. Al cabo de un rato nos da la orden para que todos naveguemos aguas arriba. Por suerte la corriente no es fuerte y no supone un hándicap adicional remar en estas condiciones.
Empieza a notarse un poco el calor y llegados al embarcadero nuestra canoa atraca (lo hacemos a la primera y de forma aceptable). Eduardo nos pregunta si queremos seguir remando un rato más aguas arriba, pero desistimos. Hemos agotado nuestra suerte al volver sin haber zozobrado ni volcado. Él continúa con las chicas un rato más.
Desayunamos todos juntos a las 07.30 y de nuevo estamos listos en el embarcadero a las 09.00 para nuestra última actividad en la selva. Navegamos aguas arriba con la familia peruana y una anciana británica. Nos acompañan Eduardo y una chica, guía de la inglesa. Recorremos el Yanayacu y alguno de los torrentes que lo alimentan desde otras balsas de agua. Llegamos a un recodo del río dónde nos apeamos.

Eduardo guía a nuestro grupo, mientras que la chica se marcha con la inglesa; nos explica que es botánica y ha contratado a una guía en exclusiva para que le enseñe determinadas especies de plantas. Caminamos por la selva con nuestra “botas de jebe” observando algunas plantas curiosas como la liana llamada “escalera de mono”, cuyo tronco se enrolla en espiral dando lugar a formas increíbles. Eduardo captura un ciempiés y lo deja andar entre nuestras manos antes de volver a ponerlo en libertad.

 
 
Vemos algunas especies de coloridas aves entre la espesura de las ramas. Hay que estar atentos, son tan esquivas que apenas se dispone de unos segundos para avistarlas. Eduardo nos pide silencio. Necesita concentrarse para escuchar los leves ronquidos emitidos por una especie de mono. Se trata de los monos de anteojos, de hábitos nocturnos, que duermen durante el día en lo alto de los árboles.

Avanzamos con sigilo hasta que nos hace una señal y nos indica en lo alto de un árbol la posición de 3 de estos monos. Están inmóviles dormitando, pero se aprecia su cara adornada con dos manchas más claras alrededor de sus ojos, de ahí su nombre. Alberto tiene problemas para verlos y no es capaz de distinguirlos. Finalmente Eduardo tiene que mover una liana cerca de la ubicación de los animales para que se espanten y se muevan, de esta forma se hacen perfectamente visibles.

Volvemos a la embarcación y al lodge. Son las 11.15, tenemos tiempo para ducharnos, recoger nuestras cosas de las cabañas y prepararnos para la comida, que será servida a las 12.00 para el grupo de turistas que hoy abandonan la selva. Dejamos una propina para Eduardo, gracias a él hemos aprendido y visto muchas cosas. Nos despedimos haciéndonos una foto en su compañía. Anoto aquí sus datos de contacto por si alguien está interesado en contratar un guía atento y profesional, para hacer recorridos personalizados por la Reserva Natural de Pacaya Samiria en busca de animales en su hábitat original: Eduardo Pinedo Ávila (educomosho@hotmail.com)

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