lunes, 22 de febrero de 2010

MUYUNA AMAZON LODGE (Día 4)-IQUITOS-LIMA - Parte III

Viernes, 04/09/2009
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Llegamos al hostal y nos recibe Eric. Apenas le saludamos, le explicamos que nos vamos a cenar y que dejamos los equipajes para que los custodie. Hicimos la reserva por internet y tiene nuestros datos así que no pone pegas y se despide de nosotros. Tras atravesar el oscuro distrito de Callao tomamos la carretera de la costa y en 25 minutos llegamos al destino.
Cuando llegamos vemos a nuestros compañeros sentados en la zona del bar tomando cócteles y comprobamos que nos llevan varios Pisco Sour de ventaja. No teníamos reserva, así que tenemos que esperar turno. Pedimos otra ronda de cócteles, algunos con nombres tan sugerentes como el de “Levántate Lázaro”. Nos cuentan como el taxista que les recogió en el aeropuerto fue sancionado con una multa de 120 S/. por recoger pasajeros en el propio parking de la terminal, cosa totalmente prohibida. El tipo encima quería que pagaran ellos la multa, a lo que evidentemente se negaron.
El lugar es uno de los restaurantes de más fama y renombre de Lima y se encuentra en una de las mejores zonas de la ciudad, Miraflores. La gente que nos rodea parece adinerada, bien vestidos. En contraposición, nosotros con imagen de aventureros de la selva, sin haber tenido tiempo ni de parar a cambiarnos de ropa.
A las 23.00 conseguimos que nos sienten en una mesa en la zona del comedor. Miramos la carta y nos cuesta decidirnos, todo tiene una pinta excelente. Compartimos las entradas con un “piqueo” limeño que tiene una variedad de platos típicos peruanos; chicharrones, anticuchos, papas rellenas, choclos, huancaínas, tamales. Para el plato principal optamos por la variedad: arroz del mar, arroz de la tierra, pierna de cordero lechal asada al estilo peruano, alpaca cuzqueña, cabrilla de mar (pescado cocido al vapor con glaseado de conchitas, navajas, ají amarillo y hierbabuena y acompañamiento de arroz cremoso de arvejas –guisantes- y choclo). También pedimos postres, no podía ser de otra forma. Cenar a la carta y tomar varios cócteles en el que seguramente es el restaurante con más fama y glamour de Lima nos cuesta un montante total a los 5 de 700 S/. (33,35 € por cabeza).

El servicio no ha sido todo lo exquisito que se podía esperar; supongo que nos prejuzgaron por nuestras improvisadas vestimentas y por lo tarde que cenamos, prácticamente cerramos el local. Salimos a una calle principal y en el primer intento tomamos un taxi que nos lleva a los 5 hasta el Pay Purix por 25 S/. (5,95 €). El conductor parece ir de rally, sorteando a otros vehículos y con música de discoteca de fondo para animar el ambiente. Como vamos algo perjudicados por los Pisco Sour no lo tenemos muy en cuenta. El trayecto, sin apenas tráfico, lo completamos en poco tiempo.
Al llegar al hostal nos registramos adecuadamente y Eric, muy amable, nos enseña las habitaciones y las instalaciones. En la planta baja hay un billar americano para uso de los huéspedes y una play station con decenas de juegos a nuestra disposición. También hay una barra de bar donde previo pago se sirven bebidas y cócteles de todo tipo. Todo el hostal está decorado con camisetas de equipos de fútbol de todos los continentes que cuelgan de las paredes, pintadas en alegres colores.
A la mañana siguiente tenemos que madrugar bastante para ir al aeropuerto. Hablamos con Eric para que nos busque un taxi que nos recoja y nos lleve allí y liquidamos cuentas con él para dejar todo zanjado. Por dos habitaciones con baño privado y el desayuno incluido (que no podremos disfrutar), más el servicio de taxi al aeropuerto pagamos 150 S/. (35,71 €) de los que nos descuenta el 10% que abonamos en el momento de hacer la reserva por internet.
Las habitaciones están limpias y cada una de ellas cuenta con una cama grande más una litera doble. Aprovechamos para jugar algunas partidas de billar y cansar al cuerpo para el viaje transoceánico que nos espera; a mayor cansancio mayor probabilidad de dormir en el avión.


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