Nos acomodamos reclinando el asiento y elevando el reposapiés, a la vez que la almohada y manta que nos facilita la azafata nos proporciona una postura placentera. El día había sido largo e intenso, así que caemos como fardos, sumidos en profundo sueño. Así pasamos toda la noche, mientras el bus, infatigable, recorre la parte del país que nos traslada desde las llanuras desérticas próximas al Pacífico hasta la zona de cañones y volcanes de Arequipa.
Pasadas las 06.30 la luz comienza a filtrarse por las cortinas que cubren las ventanas. El paisaje ha cambiado notablemente, la orografía del terreno es mucho más escarpada y la aridez no es tan notoria. Nos sirven el desayuno; bollo caliente salado, trozo de bizcocho y café o infusión a elegir. El bus accede al terrapuerto de Arequipa (así llaman a la terminal terrestre de buses) cerca de las 08.00 am de la mañana. No hemos dormido igual que en la cama de una habitación de hotel, pero el descanso ha sido más que aceptable; hemos ahorrado una noche viajando en bus por las carreteras peruanas.
No tenemos hotel reservado, así que decidimos pedir referencias de posibles alojamientos en Arequipa en el punto de información turística del terrapuerto (por disponer de más opciones aparte de las que hay en la Lonely ). Como queremos tener agilidad para movernos en busca de lugar para pernoctar, dejamos las “morcillas” en la oficina que Oltursa dispone en el terrapuerto. Los resguardos de nuestros billetes sirven como comprobante para luego poder retirarlas. Atravesamos la terminal repleta de puestos de souvenirs y comida rápida y en el exterior negociamos dos taxis. En el punto de información turística nos han comentado que la carrera al centro es de 4 S/. (algo menos de un euro).
Tardamos muy poco tiempo en tomar dos taxis, cada uno de ellos por ese precio, para desplazarnos en grupos separados a la plaza de Armas, centro neurálgico de la ciudad. Lo primero que resulta impactante y llamativo es ver los volcanes que rodean la urbe. El taxista nos indica los nombres de las 3 cimas nevadas a la vez que las señala; Misti (5.822 metros ), Chachani (6.075metros) y Pichu Pichu (5.664 metros ). El Misti es un volcán activo, con fumarolas visibles desde la ciudad, incluso hay expediciones para turistas al cráter donde poder observarlas de cerca, pero para hacer esto hay que estar muy aclimatado a la altitud y muy en forma. El tráfico es bastante denso y nos lleva unos quince minutos llegar a la plaza de Armas. Personalmente me parece muchísimo más bonita que la de Lima. Los edificios en ella, de sillar blanco (una piedra blanca creada con lava solidificada del volcán), le dan una luminosidad única, pero sobre todo la visión del volcán Misti, tutelando el horizonte sobre la catedral, es imponente. Al llegar a la plaza nos abordan con folletos de alojamientos y tours por la ciudad.
Cogemos alguno de ellos y rápidamente haciendo uso de la Lonely nos situamos en el callejero del centro. Visitamos varios alojamientos (Regis, Verona, La Casa de Jael) que descartamos por unos u otros motivos. El primero está sucio y tiene aspecto de pensión rancia, el segundo está bien pero habría que compartir una habitación cuádruple con un único baño, y en el último no hay plazas. Al cuarto intento va la vencida, se trata de la posada “Arco de San Juan” (http://www.posadadesanjuan.com/). Disponen de tres habitaciones dobles, dos de ellas situadas en la última planta del edificio que da a una soleada terraza enorme desde dónde se tienen vistas espectaculares de la ciudad y de los volcanes. En la terraza hay una torre a modo de mirador, aún más elevada que permite observar la ciudad con un enfoque de 360 º. Mientras estamos en la azotea oímos alboroto en la calle y nos asomamos, al parecer ha habido un robo a algún turista por el método del tirón. Negociamos los precios de las habitaciones, en un principio nos piden 90 S/., finalmente conseguimos que nos cobren por cada una de ellas 70 S/. (aprox. 16,65 €). El precio incluye alojamiento, desayuno y uso de internet, las habitaciones disponen de baño privado con agua caliente y televisión. La chica que nos atiende se llama Carol, bastante despierta y atenta. Nos ofrece un city tour en bus turístico por 35 S/. por persona (unos 8,35 €), que parte de la plaza de Armas a las 14.00 y se prolonga hasta la 18.00 para recorrer la campiña que rodea la ciudad (http://www.bustour.com.pe/). Nos apetece relajarnos un poco y dejarnos llevar así que lo contratamos.
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