lunes, 22 de febrero de 2010

CUZCO-LIMA-IQUITOS - Parte I

Lunes, 31/08/2009
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No hace falta madrugar mucho en el día de hoy. Una vez recogida la ropa limpia en el cyber-lavandería enfrente del hotel organizamos las mochilas. Preguntamos en el cafetín por la tarta del cumpleaños de Óscar. Ya la tienen lista, con una felicitación escrita sobre el chocolate. Pedimos que la saquen junto al desayuno.

Éste nos lo tomamos en el patio del hotel. Nos lo sirve, precisamente, el mismo camarero que en “Los Niños 2”, nos comenta que hoy le han mandado a trabajar aquí. Mientras degustamos la tarta y el resto del desayuno ajustamos cuentas entre nosotros. Más tarde pedimos la nota del hotel y la liquidamos. Después de una semana con nuestra base de operaciones establecida en Cuzco abandonamos la ciudad.

Dejamos atrás el magnífico trato dispensado en el hotel, y en la calle acompañados por un día soleado, buscamos transporte al aeropuerto. Cogemos dos taxis, que nos trasladan hasta allí por 5 S/. cada uno (1,20 €). El aeropuerto de Cuzco es el Alejandro Velasco Astete. El trámite de facturación es rápido y pasamos a continuación al pago de las tasas. Se fijan en dólares y debido al cambio de divisas la cantidad a pagar en soles fluctúa diariamente. Aproximadamente asciende a unos 18 S/. lo que al cambio supone 4,30 €.
Cumplimentadas todas las gestiones sólo nos queda esperar. Volaremos con TACA; habíamos comprado los billetes desde España y los pagamos con tarjeta por internet a un precio de 57 € por cabeza. Sin demoras despegamos. El vuelo apenas dura una hora, tiempo suficiente para que nos sirvan un refrigerio consistente en un refresco y una magdalena.
Llegamos al aeropuerto de Lima sobre las 13.15. Por no cargar con las maletas hacemos la facturación para el vuelo de LAN con el que volaremos por la tarde a Iquitos. Y también dejamos pagadas las tasas para quitarnos de encima el trámite. El coste, similar al abonado para el vuelo Cuzco-Lima. Cómo tenemos tiempo hasta coger el vuelo a Iquitos a las 19.00, vamos a ir a comer al centro de Lima y así Cristina (que se incorporó más tarde a la expedición) puede darse un paseo por la zona.
A la salida de la terminal de viajeros nos repartimos. Fuera del parking del aeropuerto paramos un par de taxis y regateamos los precios. Isabel, Alberto y yo tomamos uno hasta la plaza de Armas, por 10 S/. (2,40 €). El taxista, un hombre mayor y muy amable, nos cuenta como gana un dinero extra con el volante para poder pagar la carrera de sus dos hijos.
Nacho, Cristina y Óscar se marchan en otro taxi hacia el hostal Pay Purix (http://www.paypurix.com/), muy próximo al aeropuerto. Aquí dormirá Nacho esta noche antes de volar mañana para España. Es el mismo alojamiento que emplearemos nosotros durante nuestra última noche en Lima, ya lo reservamos hace varios días a través de internet. Dejarán allí su equipaje y luego se reunirán con nosotros bajo la catedral, por todo este trayecto pagan 12 S/. (2,85 €).
Nos reunimos en la fachada principal de la catedral, en la propia plaza de Armas. Son las 15.00. A estas horas es complicado que nos den de comer en un restaurante al uso, así que tiramos de memoria. Buscamos un local de “Norky´s” (http://www.gruponorkys.com/), cadena de comida rápida tipo Kentucky Fried Chicken, pero de corte peruano. Recordamos que había uno en una calle aledaña a la plaza de Armas y hacia allí nos dirigimos. Al parecer esta cadena de restaurantes tiene un competidor muy duro en Perú, el “Rockys” y entre ambos se reparten el pastel de la clientela. Es fácil encontrar un local de cualquiera de ellos en las grandes ciudades.
Tomamos un menú consistente en 3 piezas de pollo, ensalada y bebida, todo por 10,90 S/. (2,60 €). Por equivocación no sentamos en la planta en la que los pedidos son servidos por camareros y que no está destinada a usuarios de menú con bandeja, como nosotros. Nos damos cuenta tarde, nos miran extrañados pero no nos dicen nada así que terminamos de comer tranquilamente. Cuando concluimos, Óscar, para celebrar su cumpleaños, se invita a unos postres consistentes en dos bolas de helado, galletas de barquillo y toppings variados. Paga por cada uno de ellos 4,50 S/. (poco más de 1 euro). Jamás le salió una invitación tan barata y tan rica.
Degustamos los helados sentados en las escalinatas de la fachada frontal de la catedral. Al contrario que en nuestro primer paso por Lima, el día es soleado y se puede ver el azul del cielo, nada de neblina ni garúa. Damos un paseo por el centro y llegamos hasta el Parque de la Muralla, parque situado en pleno centro de la ciudad, construido en los aledaños de la antigua muralla para protegerla de los piratas y ataques de las tropas de las colonias españolas en el siglo XVII.
En el parque, oculta por frondosos árboles, se puede observar una estatua ecuestre de Francisco Pizarro, fundador de la ciudad y conquistador extremeño de las tierras peruanas. Es una réplica exacta de la que se erige en la plaza Mayor de Trujillo (España). Antiguamente se ubicaba en el centro de la plaza de Armas de Lima, luego se trasladó a una esquina de la misma para que no diera la espalda a la catedral y finalmente ha sido desterrada a este parque. Es como si las autoridades peruanas quisieran ocultar el pasado de su conquista a mano de los españoles.

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