lunes, 22 de febrero de 2010

CUZCO-CAMINO INCA (Día 1 - 12 Km.) - Parte III

Jueves, 27/08/2009
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Divisamos en el fondo del valle las ruinas de Llactapata (“ciudad de la ladera”). Era un centro ceremonial religioso que fue descubierto en 1912 por Hiram Bingham. Está compuesto por el centro ceremonial de Pulpituyoq, el sector urbano, la zona agrícola y el cementerio. En Llactapata se aprecia un inmenso y complejo sistema de andenes o terrazas de cultivo, dedicadas desde tiempos ancestrales a la producción de alimentos.
Con estas vistas increíbles y sentados sobre piedras en la cima, Lino nos narra la formación del imperio inca. La leyenda de los hermanos Ayar, en la tradición oral inca cuenta que cuatro hermanos con sus cuatro esposas, salieron de la cueva de Pacaritambo (“Casa del Amanecer” o “Casa de la Producción”). Uno de estos cuatro hermanos, Ayar Manco, tras pasar una serie de aventuras  llegaría a fundar la ciudad inca de Q´osqo (Cuzco actual), capital del imperio y siendo así el primer gobernante del imperio inca llamado desde entonces Manco Cápac.
El imperio comenzó a formarse a partir de la victoria de Pachacútec frente a la confederación de estados chancas (etnia guerrera y sanguinaria) en el año 1438. Después de esa victoria se reorganiza el territorio en el Tahuantinsuyo por Pachacútec. El Tawantinsuyu (nombre original que tuvo el imperio, castellanizado Tahuantinsuyo) significa en quechua: "las cuatro regiones" y proviene de la división en suyos que tuvo: Chinchasuyo al norte, Collasuyo al sur, Antisuyo al este y Contisuyo al oeste.
A partir de entonces el Imperio Inca iniciaría una etapa de continúa expansión de manos del noveno inca Pachacútec y su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac quien consolidaría los territorios; en esta etapa la civilización Inca logró el máximo desarrollo de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
Después de este periodo de apogeo el imperio entraría en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Finalmente Atahualpa vencería en 1532, sin embargo su ascenso al poder coincidiría con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro; éstas capturarían al Inca y luego lo ejecutarían. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culmina el Imperio Inca, sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los "Incas de Vilcabamba", continuarían la lucha contra los españoles hasta 1572 cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
Finalizada la lección de historia, reanudamos la marcha. El sol se ha ocultado tras las cumbres y el viento frío no invita a quedarse quieto. Descendemos un tramo escarpado que nos lleva directamente a un terreno más suave y ondulante.
Los cuatro guías se reparten a lo largo del grupo, siempre con uno en cabeza y otro en cola; así nos reagrupan en las paradas que ellos van marcando. Resulta muy útil esta distribución, casi siempre caminas al lado de uno de los guías por lo que puedes entablar animadas charlas y formular cuantas preguntas se te ocurren. Casas de pobladores quedan detrás de nuestros pasos y también puestos de venta de agua embotellada atendidos por autóctonos de la zona. Nos cruzamos con algunos turistas que descienden en sentido contrario acompañados por personal de la agencia. Nos explican que son personas que no se han aclimatado a la altura, han sufrido “soroche” o simplemente no han podido aguantar el ritmo, para ellos la aventura ha terminado.
Tras realizar una parada de reagrupamiento final, la luz empieza a escasear, pero 5 minutos después llegamos a la zona de acampada de esta primera noche, Huayllabamba (3.100 metros), la última comunidad de nativos que nos encontraremos en el camino inca.
Los porteadores han hecho su trabajo. Las tiendas para dormir se disponen en dos líneas paralelas montadas y listas para ser usadas. Son carpas para 4 personas, pero dormiremos dos en cada una de ellas. A excepción de Óscar, Alberto y yo que lo haremos juntos en una única tienda. Tendremos que meter las mochilas en la tienda de las chicas o no tendremos suficiente espacio para tumbarnos. Nos quitamos las botas y nos calzamos las chanclas para dar descanso a nuestros maltrechos pies.
Contemplamos como en un pequeño cobertizo de piedra los porteadores ¡preparan palomitas!. En la carpa comedor nos sirven un snack-merienda; palomitas, galletas dulces y reconstituyentes chocolates aderezados con leche en polvo o infusiones a elegir. Descansamos un rato en las tiendas preparando las esterillas, los sacos y los frontales de luz que nos van a hacer falta por la noche. Hablando con los guías nos recomiendan que no dejemos nada fuera de las tiendas y mucho menos las botas. Se han dado casos de hurtos y quedarse sin calzado aquí es un problema. Comentamos que tal ha ido el día, y después de ver cómo algunos turistas de otros grupos se daban la vuelta Isabel empieza a sopesar seriamente la posibilidad de contratar un porteador que cargue con su mochila en la jornada de mañana, la más dura con un paso a 4.215 metros de altitud.
A las 19.00 pasadas se sirve la cena. Sopa y pollo con verduras. Lino indica que introducen muchas sopas y líquidos en el menú para evitar deshidrataciones de los excursionistas y también sirven para adaptarse mejor a la altura. Nos avanza lo que haremos mañana. La jornada a priori, espeluznante, con una subida continua de 5 horas y grandes desniveles. Antes de meternos en las tiendas, atónitos, levantamos la cabeza hacia el cielo estrellado. La vía láctea se muestra con una nitidez como nunca antes habíamos apreciado. Sólo hemos recorrido una pequeña parte, pero el camino inca no está dejando anonadados; por su belleza, por su misterio, por su historia. Y aún queda lo mejor por llegar.
Son apenas las 20.15 cuando embutidos en los sacos de dormir pensamos inquietos en la dura jornada que nos espera mañana. Da igual, queremos que llegue ya, queremos más camino inca.

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