lunes, 22 de febrero de 2010

LIMA - Parte II

Sábado, 15/08/2009

Llegamos al hostal a las 6.15 am. El precio para los 5 por una noche en una habitación para todos nosotros, con baño privado y vistas al mar, es de 66 $, (unos 47 €). El precio incluye el desayuno La reserva la hicimos por Internet y a través de la web del hostal; a pesar de ser cinco personas cogimos la habitación completa, que tenía 6 plazas, por lo que tuvimos que pagarla íntegra (11 $ por persona).
Como es tan temprano nuestra habitación todavía está ocupada (hasta las 12.00 am), así que nos registramos y dejamos las “morcillas” en un depósito para equipajes, ubicado en el patio. Nos atiende Betty que nos da un plano de la zona (y del centro de Lima) y nos indica el supermercado más cercano y una serie de locales donde poder comer algo caliente.

Salimos del hostal y comprobamos que se ubica en una calle muy tranquila con vistas a los acantilados que dan al Pacífico. El cielo está nublado y comprobamos de primera mano lo que los limeños conocen como garúa, esa especie de niebla baja que deja pasar la luz del sol de forma mortecina. La temperatura agradable, 16 ºC. Caminando pasamos por la calle principal de Barranco, el Museo de la Electricidad, vemos el Puente de los Suspiros y nos dirigimos al Supermercado Metro que nos habían indicado en el hostal. Hasta las 09.00 no abren. Decidimos meternos en un local a desayunar. Estamos hambrientos, cosas del cambio horario, así que pedimos bocadillos de carne, de salchicha, sándwiches calientes y para beber Incakola (bebida gaseosa típica de Perú de color amarillo y sabor a gominola). También pedimos café; lo sirven en jarras enormes y más bien tiene el aspecto de leche manchada. La comida nos sabe a gloria, está rica y además tenemos hambre. Pagamos la factura, 42 S/. (unos 10 €) por todo, a modo de ejemplo, la Incakola botella de 1.5 litros cuesta 5,5 S/. (1,30 €).

Sigue siendo muy temprano y falta rato para que abra el supermercado. Damos una vuelta por los alrededores. Paseamos por la Avenida Grau, Avenida Bolognesi y el Pasaje Sánchez Carrión (zona de marcha nocturna de Barranco). Localizamos un locutorio desde donde llamamos a España (0.50 S/. por minuto a un móvil español, y 0,30 S/. por llamar a un fijo de España, al cambio 0,12 y 0,05 €, respectivamente) para confirmar que estamos sanos y salvos. Intentamos buscar un cajero de BCP pero no lo conseguimos localizar. Curioseamos en las tiendas locales y en los puestos callejeros de comida donde venden tamales, bocadillos de cebolla, pollo y condimentos envueltos en una hoja de maíz (choclo, como se llama en Perú).

Son las 09.00 am. El supermercado debe estar abierto, nos encaminamos allí y adquirimos productos de aseo, algunas galletas y dulces para picar, agua y Nacho adquiere lo que parece ser una chirimoya para comprobar el sabor de la fruta local. A la salida del super, paramos en una tienda de comestibles (especie de ultramarinos) y compro 5 plátanos (1,80 S/. o lo que es lo mismo, 0,45 € por casi un kilo).

Llegamos al hostal, las habitaciones siguen ocupadas así que decidimos coger algunas cosas de la “morcilla”, equiparnos y tomar dirección al centro de Lima para hacer un poco de turismo. Hacemos uso de la cocina común del hostal y Nacho prueba la chirimoya, que resulta ser una guanábana (fruto oriundo de Perú muy similar a la chirimoya). De todos modos, definitivamente la fruta aquí tiene un sabor distinto, está buenísima. Chris, dueño del hostal, nos indica donde coger un taxi y cuanto hemos de pagar por él; máximo 12 S/. (unos 2,85 €) por un trayecto hasta el centro, y nos deben llevar a los 5 en el coche!!! Esto en teoría no se puede hacer, porque acarrea sanción, pero muchos taxistas lo ignoran y asumen el riesgo de ser multados.

Así lo hacemos, paramos un par de taxis en la Avenida Grau, y después de regatear lo conseguimos; trayecto hasta la plaza de Armas por 12 S/., nos lleva a los cinco.

El taxi lleva una reja metálica que protege todo el espacio del piloto; su conductor nos explica que ha sido atracado varias veces y así protege su integridad para evitar agresiones. Durante el trayecto nos va parando para que apreciemos y saquemos fotos de algunos lugares y edificios importantes, el estadio Nacional de Lima, paradas en sitios inverosímiles, obstruyendo el tráfico, lo que nos hace pensar que conduciendo por Lima todo vale.

Llegamos a la plaza de Armas y pagamos, le damos 3 S/. extra de propina por las molestias que se ha tomado al servirnos de guía turístico.

Lima fue fundada por Francisco Pizarro en 1535, famoso conquistador extremeño oriundo de Trujillo (Cáceres). En 1746, un terremoto devastó la mayor parte de la urbe, y casi todos los edificios coloniales que aún quedan en pie datan de después del terremoto.

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