lunes, 22 de febrero de 2010

LIMA-ICA-HUACACHINA - Parte II

Domingo, 16/08/2009
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El bus nos deja cerca del centro, aunque a algunas cuadras de la plaza de Armas. Pasamos por la Iglesia de la Merced, con una fachada que desentona con el entorno; precisamente por eso llama la atención. Isabel se da cuenta de que le han abierto la mochila, por fortuna no le falta nada. Habrá que estar atentos, la zona parece propensa a dar disgustos de este tipo, es zona de “choros” (rateros en la jerga local). Paseando por el centro podemos contemplar las fachadas de algunas casas coloniales. Choca ver el desconocimiento de la policía local de su propia ciudad; preguntamos por varios sitios y dicen no saber dónde están. Al consultar el plano de la Lonely comprobamos que se ubican apenas a cien metros de donde se encontraba el policía interrogado.
Llegamos de nuevo a la omnipresente plaza de Armas, atravesamos su vasta superficie y salimos por la calle opuesta, justo a la derecha de la fachada principal de la catedral; nuestro destino es el barrio chino. 
Siguiendo las indicaciones de los lugareños, siempre dispuestos a ayudar, tardamos unos 15 minutos en llegar. Podemos divisar una especie de pórtico enorme con motivos orientales que inequívocamente marca la entrada al lugar. Pero justo antes de llegar nos topamos con el acceso a un mercado de abastos tradicional, así que decidimos entrar a curiosear para ver cómo la gente de a pie hace sus compras del día a día.
Impacta ver la suciedad reinante en el lugar y la cantidad de moscas que sobrevuelan la zona de carnes y pescados. La distribución es ordenada, en tanto en cuanto se reparten por áreas los comerciantes del mismo ramo: existen ubicaciones diferenciadas para el pescado, la carne, la casquería, la fruta, la verdura, productos de limpieza, incluso un espacio donde se acumulan puestos de comida, del que hacen uso sobre todo los propios comerciantes del mercado. Curioseamos por las dos plantas del edificio y preguntamos nombres de algunos pescados que nos resultan desconocidos y de frutas también extrañas para nosotros, aunque habituales para la región.
Dejamos el concurrido mercado y accedemos al barrio chino. Consta de una calle principal, peatonal donde sobre todo abundan las famosas “chifas”. Son restaurantes eclécticos con larga tradición que fusionan la comida oriental con toques de la cocina peruana. Los escaparates ofrecen visiones de todo tipo de animales asados o listos para asar; patos, cerdos, corderos… Más allá de esta calle principal el barrio abarca algunas cuadras más. Es la hora de comer así que optamos por hacerlo en una chifa tradicional. Pedimos pollo agridulce crujiente (no había probado uno tan bueno antes), arroz y tallarines con verduras y lomo saltado, cerveza (en esta ocasión nos sirven Cristal) para beber y alguna Incakola. Las raciones que nos sirven son familiares y el tamaño es bastante grande, así que no necesitamos pedir más. 

Mientras preparan la comida, justo al otro lado de la calle divisamos un locutorio Isabel y yo nos acercamos. El objetivo es llamar a Oltursa para preguntar si hay plazas en el bus para Ica y llamar al aeropuerto para confirmar la hora de aterrizaje en Lima del avión de Cristina, nos indican que lo hará a las 14.15. Para el autobús hay plazas, pero no se pueden reservar, hay que hacerlo en la propia terminal de Oltursa. A Cristina aún le queda un rato; tiene que tomar tierra, recoger el equipaje y cumplimentar todos los trámites del aeropuerto.
Volvemos al restaurante; menos mal que nos hemos dado prisa, ya han servido la comida y el resto devora el contenido de los platos. Pagamos la factura, todo por 61 S/. (unos 14,50 € por comer los cinco), y salimos a la bulliciosa calle. Iniciamos el retorno hacia la plaza de Armas por una calle distinta por la que llegamos al barrio chino. Paramos en una tienda de dulces para tomarnos algo típico; pañuelo de hojaldre relleno de manjar (dulce de leche, muy habitual en toda la bollería local), conito de manjar, pastel dulce de choclo (maíz), pionono, y alfajor. Se paga en caja primero y luego con el ticket se pide en el mostrador. Todo por 12,50 S/. (unos 3 €).

2 comentarios:

  1. Joder Miguelon que memoria. Esta genial me lo he leido del tiron y ya estoy esperando los nuevos capitulos. Animo y a currar que esta superbien.

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  2. En la libreta que llevaba en el viaje sólo apunté nombres, precios y un esquema de lo que ibamos haciendo. El resto ha sido cuestión de recordar, y mi trabajo me ha costado...

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