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En nuestro retorno tenemos ocasión de pasar con la furgoneta cerca de las ruinas de Pukapukara, Tambomachay y Q´enqo (entrada incluida en el boleto turístico). Hicimos bien es obviarlas y optar por visitar los lugares que hemos visto a lo largo de la jornada; sin duda, los más impresionantes e impactantes. Entramos a Cuzco por Sacsayhuamán, bajando por la carretera que se torna peligrosa al caer la noche. Son las 18.00 de la tarde; menos mal que vamos cómodamente sentados en el vehículo de Edwin.
A las 18.15 llegamos al hotel. Nacho y Cristina se apresuran en darse una ducha porque quieren pasar por el cyber, a descargar fotografías de la cámara y a ponerse en contacto a través de internet con familiares y amigos. El resto nos deleitamos con el fuego en la chimenea del cafetín. Óscar y Alberto juegan a las damas, al ajedrez y a las cartas (por cortesía del alojamiento), mientras que Isabel y yo ojeamos alguno de las revistas y libros que ofrece el servicio de préstamo libre del hotel. En la calle la noche es cerrada, y el frío se deja notar. Después de un día tan ajetreado es un auténtico placer relajarse, parar el tiempo y disfrutar de un ambiente cálido y agradable.
Después de una reparadora ducha nos dirigimos al centro, dónde hemos quedado con Nacho y Cristina. Antes de abandonar el hotel preguntamos al chico de recepción por un sitio donde se sirvan buenos pollos a la brasa. Nos da indicaciones oportunas y entablamos conversación con él. Fue acogido por la dueña holandesa del hotel cuando era un crío y luego le dio trabajo allí, por lo que está muy agradecido a la labor desinteresada de la generosa holandesa.
Hemos quedado en la fachada principal de la Iglesia de la Merced. Aparece ante nosotros hermosa, iluminada por los focos de luz. No vemos a los compañeros así que damos una vuelta por los alrededores. Una comercial que promociona el restaurante “Chicha”, propiedad del famoso chef peruano Gastón Acurio, nos aborda en la Plaza Regocijo. Nos apetece ver el local así que entramos y curioseamos la carta. Al salir nos encontramos con Nacho y Cristina que nos andaban buscando. Después de las excelencias que les contamos sobre lo que nos han explicado y hemos podido ver en el restaurante deciden cenar allí. El resto optamos por algo más ligero, y buscamos una pollería por la zona de la Avda. del Sol, siguiendo las indicaciones de nuestro confidente de “Los Niños 2”.
Entramos en “Los Toldos Chicken” (Almagro 171). Nos recibe un horno donde un fuego muy vivo genera brasas sobre las que los pollos van cogiendo un color tostado. Pedimos un cuarto de pollo por cabeza, acompañado de patatas fritas y de ensalada a elegir en un buffet libre y como no podía ser de otra forma, unas cervezas Cusqueñas para acompañarlo todo. El sitio está limpio y abarrotado de gente nativa. El pollo resulta muy jugoso y de un agradable sabor. La cuenta es de 58 S/. por todo lo consumido (13,80 €).
Caminamos de vuelta al hotel cuando decidimos hacer otra parada gastronómica, en esta ocasión para degustar tartas en una de las pastelerías que parece tener más glamour en el centro de Cuzco. Se trata de “La Bondiet” (http://www.labondiet.com/), situada justo enfrente de la Iglesia de la Merced. Resulta complicado decidirse pero finalmente escogemos; cada uno elegimos una porción procedente de diferentes tartas. Las más curiosas; un mousse de chirimoya y un cheesecake de aguaymanto (fruta redonda, amarilla, dulce y pequeña con una estructura interna similar a un tomate en miniatura). Pagamos por las cuatro porciones de tarta 24 S/. (5,70 €).
Al salir de la pastelería, muy cercana a la Plaza Regocijo, decidimos volver al hotel, pero antes pasamos por el “Chicha” para comentar a Nacho y Cristina nuestros planes. Óscar y Alberto entran en el restaurante a avisar a los compañeros. Isabel y yo en la calle, regateamos con los taxistas para saber cuál es la tarifa mínima a pagar para que nos lleven al hotel. Una carrera en Cuzco, de corta duración y por la noche, nos cuesta 3 S/. (0,70 €). En dos minutos llegamos al destino. Poco después llegan los demás. El día ha sido largo, toca descansar.
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