NAZCA-AREQUIPA - Parte III

Martes, 18/08/2009
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El tour se inicia recorriendo la plaza de Armas para luego callejear y pasar frente al monasterio de Santa Catalina. Hacemos uso del “bloqueador”, el sol no es muy fuerte pero estamos a una altura que empieza a ser considerable, 2.350 metros. Cristina no se aclimata bien del todo y empieza a sufrir levemente los efectos del “soroche” o mal de altura con dolor de cabeza intenso.

Desde la parte alta del bus se contempla a la perfección el recorrido, edificios de sillar blanco, calles adoquinadas, parques y jardines y el devenir de coches, motos, bicicletas. Una alocución grabada nos va dando información de los lugares más pintorescos. 

En apenas unos minutos hemos abandonado el centro de la ciudad y recorremos zonas de cultivos: patatas, maíz, habas… Llegamos a la primera parada; el mirador de Carmen Alto. Desde aquí las vistas son sencillamente magníficas. Presidiendo la zona de campiña y de cultivos, los volcanes Misti y Chachani y el discurrir del río Chili. 

Observamos enjaulados a los cuys (conejillos de indias) que aquí no son tratadas como mascotas sino como animales que se crían y engordan para luego comérselos. También se nos muestran algunas frutas que se cultivan en la zona, a modo de ejemplo la papaya arequipeña, más pequeña que la papaya común pero mucho más olorosa y rica en sabor.

Proseguimos camino y enfilamos la plaza y el mirador de Yanahuara, hermosa arquería de sillar, desde la que se domina gran parte de la vista de una ciudad, que con un millón de habitantes, es la segunda en importancia después de Lima. Bajamos de nuevo del bus y observamos los jardines de la plaza y un mercadillo con puestos de souvenirs. 

Aquí tenemos la oportunidad de probar el queso helado arequipeño, que curiosamente no lleva queso y consiste en un helado al que se le añade canela, clavo de olor y coco rallado para aromatizarlo. Circulamos por el distrito de Cayma, zona pudiente en las afueras de Arequipa que destaca por sus coloridas avenidas y abundante vegetación. La siguiente parada es en un Outlet donde se pueden adquirir prendas de lana de los distintos camélidos que pueblan Perú. En la parte posterior del Outlet (donde las prendas parecen ser de calidad pero tienen precios prohibitivos), tienen en cautividad a los cuatro camélidos que habitan en el país; guanaco, llama, alpaca y vicuña (ordenados de mayor a menor por tamaño). El guanaco es el más agresivo y tiene tendencia a escupir a la gente que se le acerca o molesta demasiado. Procuramos apartarnos de tal elemento. La vicuña, la más pequeña y esquiva, es la que da la lana de mayor calidad y por lo tanto la más valorada para hacer prendas de ropa. Alpacas y llamas son los que se crían en cautividad por los peruanos para aprovechamiento de su lana y carne.

Desde aquí partimos al mirador de Sachaca. Es una torre situada en las afueras de la ciudad, al autobús llega hasta allí no sin cierta dificultad por la estrechez y pendiente de las callejuelas de sus alrededores. Desde su posición alta y privilegiada se obtiene una panorámica completa de Arequipa y de los volcanes circundantes. Subir al mirador tiene un coste adicional, 1 S/. por persona (aprox. 0.24 €). Tomamos fotos desde el lugar y volvemos al bus, que esta vez se encamina hacia el Balneario de Tingo, dejando en su camino arrabales y suburbios alejados de la imagen blanca del centro de Arequipa. Pasamos de largo del Balneario, dotado de aguas medicinales, y rodeado por un lago artificial que alberga lanchas de remo. Llegamos a una antigua casa colonial de campo, la mansión del Fundador, que exige pago de una tasa adicional para acceder. No creemos que tenga mucho interés así que exploramos la parte de jardines y prado próxima, donde tenemos oportunidad de hacernos fotos con una alpaca que pasta tranquilamente en la zona.

De nuevo en el bus nos dirigimos al molino de Sabandía, que también conlleva un pago extra, 5 S/. (1,20 €) por persona. Se ofrecen también paseos a caballo por la zona mediante pago adicional. Decidimos acceder al molino y nos muestran como se machacaba antiguamente el grano y se convertía en harina aprovechando la fuerza de un agua cristalina proveniente de las montañas. En él se mantiene la sólida y rústica arquitectura de piedra y aún se conservan las prensadoras originales. Funciona con energía hidráulica proveniente de una pequeña pero bella caída de agua. Retomamos el tour que ya inicia el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad; pero antes paramos ante las terrazas o andenes de Paucaparta, muestra viva de las técnicas de cultivo de origen preinca empleadas en la campiña arequipeña. En cuanto se oculta el sol, la temperatura baja rápidamente y el segundo nivel del bus, al descubierto, acentúa esta sensación. Por suerte el trayecto de vuelta no dura mucho, nos da tiempo suficiente a comprobar una costumbre muy curiosa en las ciudades de Perú. En los cruces importantes de calles, con gran volumen de vehículos, hay minitorres de vigilancia con policías de tráfico que no lo dirigen, simplemente con su presencia intimidan para que se respeten los turnos de paso.

Está cayendo la noche cuando llegamos a nuestro punto de partida, que también es final del tour. De camino en el hotel entramos en la iglesia de la Compañía, situada en la esquina sudeste de la plaza de Armas, es conocida por una ornamentada fachada principal. Ya en el interior destaca su altar mayor tallado en estilo barroco arequipeño y cubierto completamente de pan de oro. Abandonamos la iglesia y aproximadamente a las 18.15 estamos en el hotel. Decidimos descansar un rato y ducharnos para luego visitar el monasterio de Santa Catalina (http://www.santacatalina.org.pe/).